¿Cómo funciona la rebeldía en las relaciones? Descúbrelo

Oct 01, 2020

En una de mis sesiones con una pareja esta semana. Ambos me hablaban de uno de los de los grandes roces que tenían por haber decidido poner a su hija en una escuela de educación no tradicional.

 

Ella estaba segura del método mientras el marido y toda su familia primaria eran personas muy conservadoras que no entendían el concepto de la propuesta por lo que sentían que iba en contra del sistema y de la estructura familiar. Ella defendía con todo el corazón la posibilidad de que su hija fuera un ser rebelde, que luchara contra los vicios del sistema establecido que no hacía más que matar la creatividad y las propuestas de los niños para hacerlos obedientes y esclavos.

 

Decía que prefería tener una hija rebelde que una hija frustrada e infeliz. Él, por su lado mostraba mucho miedo ante la posibilidad de que la niña tuviera huecos académicos que le cerraran espacios en el mundo en el que vivimos, que es el mismo para todos y funciona en base a reglas, estructuras y acuerdos establecidos por el sistema.

 

Fue un verdadero reto de algunas semanas lograr que dejaran la polaridad a un lado, para llegar a la esencia. Para crear un espacio de neutralidad en el cual pudieran generar acuerdos en los que ambos se sintieran cómodos.

 

¿Cómo lograron llegar a un punto en común?

 

El primer paso fue llevarlos a un espacio de no juicio, de no drama explicándoles que todo lo que

 

estaba en su mente venía de las creencias que ellos tenían inconscientes desde su niñez: Ella había estudiado en una escuela muy tradicional y tenía una gran resistencia a que su hija viviera la misma historia.

 

Él había estudiado en una escuela bastante libre y al tener la percepción de nunca haber sido un buen alumno, había huecos académicos que le causaban mucha inseguridad en el mundo laboral y en su poder de manifestar negocios concretos y productivos.

 

Cada uno tenía una percepción de la realidad muy diferente de acuerdo a sus propias creencias derivadas de sus experiencias. Ella quería una hija rebelde que tuviera la fuerza para luchar contra el sistema y él una que tuviera todas las herramientas académicas que él no tuvo para sobresalir en el mundo.

 

¿Cuál fue el resultado?

 

Ya en un espacio de neutralidad, de no juicio y no drama fue mucho más fácil que lograran entender que las dos eran posiciones de rebeldía, que la rebeldía venía de sus juicios, de su percepción de opresión y de sus miedos personales, y que ambos generaban más resistencia y más percepción de opresión. Estaban tan atentos a sus propios miedos que se habían olvidado de que eran grandes padres, lo que hacía que su hija fuera un ser luminoso y puro que no tenía ninguna conexión con la opresión y por lo tanto ninguna necesidad de rebeldía.

 

Que era un ser creativo que construía sueños y proyectos propios con una gran libertad interior y que esos proyectos, en sí mismos, hacían evidente lo que no servía más dentro del sistema.

 

Que ella de forma natural utilizaba su poder creativo y su fuerza interior para transformar a través de crear cosas nuevas que trascendieran lo tradicional sin necesidad de revelarse y eso era el mayor regalo que toda la familia podía recibir.

 

El sistema no está mal o bien, la educación no está mal o bien, el mundo no está mal o bien. Somos nosotros los que al polarizarnos y revelarnos nos desconectamos de nuestro verdadero poder: El de crear proyectos, y espacios que por ser tan luminosos en sí mismos transformen lo que ya no sirve más. Sin drama, sin juicio y sin necesidad de rebeldía.

 

Piensa en cuántos otros temas de pareja están infiltradas tus creencias y tus miedos, limitando la posibilidad de amar con libertad interior.

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Si quieres saber más te invito a esta experiencia:  

RETIRO SANA LA RELACIÓN QUE CONDICIONA TODAS LAS DEMÁS