Infertilidad: mucho más que un problema físico

Sabemos que los índices de infertilidad han aumentado muchísimo por la toxicidad en el ambiente, pero hay otro factor mucho más poderoso que hace que las mujeres no podamos concebir hijos y que viene de los acuerdos de lealtad que hacemos con nuestros ancestros, sobre todo las mujeres que nos precedieron.

Esta es una historia de liberación.

Susana lleva unos meses trabajando conmigo por un problema de múltiples miomas en la matriz, sangrado constante, infertilidad diagnosticada y mucha tristeza. Con el programa de alimentación y suplementos logramos que el sangrado fuera mucho menos y que su estado de ánimo estuviera más estable, pero el tema principal como sucede el 90% de las veces no venía de su cuerpo físico. Ella tenía un acuerdo de lealtad con su mamá.

Su madre, una mujer sencilla de campo había dado a luz a 5 hijos y prácticamente los había mantenido a todos, en un par de ocasiones ella misma tuvo que atender su propio parto (con la ayuda de la hija mayor) cortando el cordón umbilical con un cuchillo de la cocina, era parte del 60% de las mujeres del mundo que tienen que hacerse cargo de sus hijos ellas mismas al no haber un papá presente.

Susana siempre ha estado muy cerca de su mamá y la ha apoyado incondicionalmente a pesar de que ahora viven en países distintos. Susana tiene un lindo matrimonio y una posición económica que le ha permitido tratar con los mejores especialistas de fertilidad por varios años, pero sin poder embarazarse.

En las últimas semanas habíamos trabajado en tomar conciencia de su cuerpo energético y como este estaba influenciado por su cuerpo emocional. Cuando se conectó con su energía femenina, con su útero y comenzó a escucharlo, él mismo le dio el mensaje de que por años ella misma había propiciado sus propios miomas. Su mente y su corazón deseaban un hijo, pero había una creencia atorada en su cuerpo energético que venía de un acuerdo de lealtad que en algún momento hizo con su mamá. Su cuerpo energético no se embarazaría nunca porque inconscientemente creía que era la forma de aliviar a su mamá de un sufrimiento que nunca mereció. Había que abrir el cofre que guardaba esa creencia y la energía que la acompañaba para liberarla.

Los últimos 10 años Susana había estado tan ocupada haciéndose tratamientos en el cuerpo físico que no tenía tiempo de explorar qué había en el cuerpo energético, emocional y espiritual. La mente fue la herramienta que la mantuvo ahí por años. ¡Al reconocer el poder femenino de su propia diosa al fin recorrió el camino completo y pudo ver!

Hoy me llamó para decirme que el ginecólogo le había dicho que sólo quedaban dos pequeñas bolitas en la matriz y que milagrosamente la mayoría de los miomas ya no estaban.

Todas las mujeres tenemos una energía poderosa de sanación, ¡nuestra misión es abrazar todo lo que nos rodea para nutrirlo y hacerlo crecer! Cuando revisamos nuestras creencias y acuerdos desde la abundancia podemos transformarlos.

El problema es que no nos la creemos, pero cuando una de nosotras se atreve a creer, a tomar responsabilidad, la magia siempre está presente.

Y como lo he repetido mil veces: Nunca dejes que un diagnóstico cancele la posibilidad de crear tus propios milagros.

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