¿Qué hacer cuando te sientes insegura?

Hoy amanecí abrumada por la cantidad de cosas que había en mi lista de pendientes y aunque no era más larga que otros días, me sentía con incapacidad y mucha inseguridad. ¿Te ha pasado?

Me di cuenta que lo que me abrumaba no eran la cantidad de cosas que estaban en la lista sino la energía que percibí en el ambiente y que venía de toda la información, eventos, relaciones, emociones, sonidos e interacciones de todo lo que está sucediendo a mi alrededor. Se me afinó el oido, la vista, y la intuición para percibir con mucha más claridad de lo normal el gran caos y la belleza energética de este mundo que se transforma por segundos: toda esa vibración electromagnética que aumenta sin control. Esa híper sensibilidad adicional me llevó a un espacio de inseguridad en el que no me sentía capaz, me sentía disminuida y con poco poder personal.

Como a muchas nos sucede tuve la tentación de cancelar todas mis actividades y meterme de vuelta en la cama para escaparme de toda esa intensidad que comenzaba a drenar mi energía, pero no lo hice. Decidí seguir adelante, como un caballo resolviendo con prisa todo lo que estaba en la lista desde mi inteligencia mental y eso me dreno aún mas, llevándome a un remolino de angustia en el que el tiempo comenzó a reducirse y mi inseguridad a aumentar. ¿Te suena?

Fue cuando recibí a mi clienta del día que todo se transformó. Ella estaba exactamente en la misma situación que yo, por lo que decidí hacer una pausa para respirar y meditar juntas, volver a conectar con el corazón y tener el valor de reconocer lo vedadero de lo no verdadero. En ese momento vino a mi mente la palabra metabolizar, que quiere decir:

Transformar la comida en una sustancia que el cuerpo pueda utilizar para generar energía.

Cuando metabolizamos, existe también un desperdicio metabólico (que es la parte que no sirve y tiene que ser deshechada por las células a cambio de la generación de esa energía)

Pero, ¿cómo aprender metabolizar la vida? Como aprender a tomar todo lo que hay disponible para nosotras y absorberlo por completo para transformarlo en un nutriente y desechar lo que no nos funciona.

¿Por qué nos cuesta tanto trabajo dejar de resistir? ¿Por qué a veces no sabemos como metabolizar toda esa información?

Para metabolizar necesitamos comer, si no comemos no obtenemos energía. Pues para metabolizar lo que sucede en nuestra vida necesitamos “tragarlo” completo y no resistirlo, ni tartar de separarlo dentro de nuestra boca.

La creencia de que no somos capaces es un viaje del ego que nos evita “tragar” el paquete completo de la vida por miedo a no poder digerirlo y así nos vamos desnutriendo más y más.

Cuando la mente racional se resiste a “tragar” los eventos de la vida como vienen, perdemos toda nuestra energía. No hay alimento. La fórmula no es dejar de comer, dejando de vivir, paralizandonos o aislándonos. Tampoco es elegir qué queremos vivir y qué no desde nuestra propia necesidad de controlarlo todo. La fórmula es aprender a “tragar” todo lo que sea que venga para metabolizarlo, separando lo bueno de lo que ya no sirve. Reconociendo con clairdad lo que es verdadero y lo que ya no es.

Cuando me resisto a “tragar” me desnutro. Cuando “trago” desde la mente llena de juicios y dramas pierdo mi energía. Cuando “trago” desde el corazón y conectada con mi útero femenino, soy capaz de transformar cualquier energía externa, metabolizándola para construir realidades hermosas y deshacerme rápidamente de lo que no sirve de ella.

No tenemos que comer nada que no nos guste a la fuerza, pero aprender digerirlo todo para nutrirnos es una gran bendición. Porque la mayoria de las veces lo que no nos gusta es precisamente lo que nos nutre más.

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